jueves, 8 de noviembre de 2012

Negro anochecer

Cuando el teniente limpia sus botas
y el padre cansando regresa al hogar
Cuando la gaviota deja su sombra
aparcada en el mar
la calle se enluta
ante el murmullo oscuro de su palpitar.
Arden las esquinas,
aristas impías de la desnudez.
Cuando la noche amarga regresa sin más
se esparce su vida por las avenidas,
pupilas afiladas, negro anochecer.

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