sábado, 16 de marzo de 2019

No décima

Sus vértebras son el palo de mi bandera,
de la única patria que entrega algo más de lo que roba: su boca
pues cuando me besa levanta con ímpetu una feroz primavera.
Un dulzor de fuego a veces brilla en sus ojos,  dos verdades inefables que hermosamente me atraviesan.
Cuando se entrega me vuelve mar y aire

y me hace querer volver a ser su arena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Zaguán 18 de enero