viernes, 11 de diciembre de 2009

Soneto a la Amistad


Resulta que a los años con la edad
la vida en propiedad se vuelve ajena
transformándose al final en escena
de verdadera teatralidad

Yo a la orilla del mar de la amistad
acostumbro a ir a jugar con la arena
porque sin dudarlo allí vale la pena
construir castillos de sinceridad.

Mientras juego la vida que es seria
deja de fruncir su poblado ceño
y me sonríe la muerte asustada
Y es que somos algo más que materia,
una extraña mezcla entre carne y sueño,
una marea quizás equivocada


Zaguán 18 de enero