sábado, 19 de junio de 2010

Duplico

Ruge el viento

y ha de rugir

su naturaleza

le es inalterable


Arrasa con los cabellos

que ya no se sostienen

y se los lleva a ninguna parte.


Quiero verlos allí

donde nadie pueda verlos,

donde encuentren el yugo

que merecen de estar muertos.


Y enredada entre mi mano

en frenesí de hermoso verso

como el trueno del que nazco

y alumbrando desde lejos

y tan cerca...

La belleza.

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