Ruge el viento
y ha de rugir
su naturaleza
le es inalterable
Arrasa con los cabellos
que ya no se sostienen
y se los lleva a ninguna parte.
Quiero verlos allí
donde nadie pueda verlos,
donde encuentren el yugo
que merecen de estar muertos.
Y enredada entre mi mano
en frenesí de hermoso verso
como el trueno del que nazco
y alumbrando desde lejos
y tan cerca...
La belleza.
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