viernes, 12 de noviembre de 2010

Del yo inasible

El retorno a esta luz de cristal,
el fuego y la sombra, la lucha.

Carcasa para el dolor de existir
en una realidad fuera y dentro.

Reconocer la fragilidad de un ángel
y que las alas no se necesitan para volar.
Viendo más allá de los sentidos,
equivocando guerras, amando la luz,
no esta luz, sí la luz.

Extraño temor a ser dañado
cuando alguien daña el mundo.
Ser una fuente de la que manan sueños,
recuerdos inalcanzables de la comprensión suprema.
A ellos no se puede retornar jamás ahora.

Creer simplemente creer, saber desde siempre
que se está en lo cierto, incomprendido, inexplicable.

Afán por crecer, pero no de este modo
rodeado de tantas hienas y vampiros dolidos de antemano,
depredadores que desconocen que este Sol no es.

Reconocer a un igual, potencialidades energéticas
capaces de levantar un huracán y de construir praderas,
de guiar existencias, de explotar: pequeños big-bans, universos, magia.

Gigante broma, hacer reír, nada aquí es serio sino todo.
Por esto nada. Romper, romper, romper y sobre todo construir.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Yo que he cruzado valles de fuego helado.
Yo que he sido hijo del Diablo,
aun hoy me resulta difícil extraer
esta estrella de luz de mis adentros.

Zaguán 18 de enero