lunes, 29 de febrero de 2016

Universal

Ciénagas pueblan el camino que conduce al fin a pradera
o a otra ciénaga que pradera la llama,
la llama el que llega.


La vida es la vida porque la muerte supera,
como la mar que a la playa, insolente y soltera
y casada de sí, de sí misma reniega.
y al fin aparca sus aguas,
su ímpetu, y calma vehemencia,
jamás impaciente que ni promete ni reza,
promesas sin más.

Me sirva la sombra, hija del cuervo
para y ante el exceso de luz
Me sirva servir sin ser siervo
del verbo ni esclavo del tiempo.
ni de un cielo azul.

Uno jamás ama si no se dispone a sangrar
si uno no hubiere abrazado hasta el odio que curva esta herida abierta y mortal,
ser el ser del instante que observas y besas dejando pasar,
el que intriga, el que duda de la duda desnuda y que uno bendice
como gota de yin que potencia un enorme
un enorme y gran yang
que se hunde y que no puede
ser otra cosa
que Universal.













Zaguán 18 de enero