Por más que suméis el oro
y la metralla.
Por más que enterréis en
una tumba pérfida y profunda la poesía quemada, la voz quebrada, la
creación moribunda, el ingenio dislocado.
Por más que dilapidéis
verdades en deshonra de la sabiduría y el ser con trozos de vuestra
desalmada justicia.
Por más que subyuguéis la
naturaleza y la asfixiéis urbanamente
Por más que os empeñéis
en entregar el cosmos inventado y despiezado a manos de Cratos y
Chronos saturnado.
Por más que suméis e
incluso dividáis el hombre de sí mismo y semejantes. El amor de la
lujuria. La belleza de la forma de lo efímero.
Por más que a la música
pongáis acordeones. Y reglas, normas y jardines a las flores.
Y hasta a lo correcto no
permitáis ni llamarlo correctud.
...Nacerán veranos
nuevamente.
Por más que tergiverséis.
Por más que a la educación vistáis de escolarizada fama dotando
plenamente la sociedad de puestos de trabajo.
Por más que el bienestar lo
acicaléis con nombre eterno y hasta le llaméis salud y la salud la
identifiquéis en hospitales.
Por más que suméis y
sigáis sumando. No encontraréis jamás....
Jamás encontraréis, sin
duda. Lo creo fehacientemente... Detrás o en cualquier parte...
Lo insumable.