Soy ciudad
Soy campo acorralado, sol embotellado, cemento gris.
Soy el árbol desanimado y cansado que le cuesta respirar contaminándose.
Soy ciudad.
Un canto desalentado. El camino sin camino entre carreteras y aceras entre semáforos que ni esperan ni se retrasan por ti.
Soy ciudad.
Proyecto mi variedad de monotonías en desahogo nocturno.
Inquietudes que atracan en bares donde tantos marineros naufragados y tantas sirenas pretenden amistad o plenitud a su vacío.
Soy ciudad.
Soy compraventa de emociones y de superfluas e innecesarias necesidades; aburguesadas comparativas en auge desnaturalizado.
Soy intercambio de envases, soy un producto, soy un vil y triste producto, manipulado. El cual se cambia por papeles estatales, “esta cuales”.
Soy ciudad.
¿Hasta cuándo?
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