sábado, 2 de septiembre de 2017

Soy ciudad...

Soy ciudad
Soy campo acorralado, sol embotellado, cemento gris.
Soy el árbol desanimado y cansado que le cuesta respirar contaminándose.

Soy ciudad.
Un canto desalentado. El camino sin camino entre carreteras y aceras entre semáforos que ni esperan ni se retrasan por ti.

Soy ciudad.
Proyecto mi variedad de monotonías en desahogo nocturno.
Inquietudes que atracan en bares donde tantos marineros naufragados y tantas sirenas pretenden amistad o plenitud a su vacío.

Soy ciudad.
Soy compraventa de emociones y de superfluas e  innecesarias necesidades;  aburguesadas comparativas en auge desnaturalizado.

Soy intercambio de envases, soy un producto, soy un vil y triste producto, manipulado. El cual se  cambia por papeles estatales, “esta cuales”.

Soy ciudad.
¿Hasta cuándo?


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