Pero que tú
no dejes de aparecer
así como apareces
casualmente
aunque ambos
sospechemos
firmemente
que la casualidad no,
no existe.
no existe.
Que en toda
proporción de uno mismo
no queda más que lo
mejor del otro
reflejado al bien
mirarse
así con luz inmensa
y tenue sombra.
Me recreo bastante estático
ante el gusto,
este mismo que me
extraña hermosamente,
de anhelarte.
Deseo que no sea
nada esta morriña de tu instante
<<Una vez ya
sin alas que más da
si no es amor>>.
Me dijo un ángel.
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