Llorar, queridísimo septiembre tus anhelos yo quisiera.
El verano deja calvas en tu orilla, nostalgía en tus aceras.
La playa que fue alfombra se vuelve penumbra con ojeras.
Ya quisieran ser tu lluvia también los niños en las escuelas.
Jamás, septiembre, y tú lo sabes, acaba lo que no empieza.
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