Cuando llega el tiempo de los relojes blandos,
de las sinestesias a caballo del miedo,
de los barcos sin timón ni rumbo,
de la vendimia de la uva podrida.
El tiempo de la garra y el odio,
de la luz arañada y el sueño sordo
del microcosmos sin macrocosmos
del hedonismo sin referencia ni utopía
Cuando llega el tiempo de la gota roja,
de la muerte negra y del ala rota.
Entonces...
Me abrazo a las olas de cada instante,
empuño el AMOR y la POESÍA
y me abandono al beso brillante
del vocablo inefable de la vida.
domingo, 4 de julio de 2010
jueves, 1 de julio de 2010
En aras de la verdad
Llueven pétalos de crisantemos
sobre la cópula de un cuervo que no sabe volar
y la tierra que palpita abierta por el vientre.
Es el funeral del tiempo roto en mil pedazos.
No es otra cosa que el festival infecundo de la vida,
que el dolor resquebrajándose a sí mismo.
El abismo que separa dos realidades tan loables como distintas.
¿Enseñanza o aprendizaje? Este es el dilema.
sobre la cópula de un cuervo que no sabe volar
y la tierra que palpita abierta por el vientre.
Es el funeral del tiempo roto en mil pedazos.
No es otra cosa que el festival infecundo de la vida,
que el dolor resquebrajándose a sí mismo.
El abismo que separa dos realidades tan loables como distintas.
¿Enseñanza o aprendizaje? Este es el dilema.
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