Que fácil es acostumbrarse
al tacto de la mañana,
a la sal y al viento
impregnando el rostro,
a la presencia del otro,
entre el tumulto vacío
de este gran monstruo sin huesos,
sociedad pérdida,
barco a la deriva...
Que nunca abandona su pantalán.
Vegetación quebrada y hueca
que nace en el cemento.
La vida no entiende
con claridad el silencio.
La ciudad no comprende
la realidad ni los sueños.
Me sorprendo a mí mismo
despellejando el reloj
con una navaja sin filo.
Y abro los ojos en un fondo marino
tocando un tambor que no tiembla
ante la imposibilidad del sonido.
Y vuelta a empezar...
Retales y esparadrapo
para no andar desnudos.
Historia voceada por los vencedores
y un presente teóricamente,
prácticamente mudo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Tu luz semana a semana iba y va luego por sorpresa y de madrugada probablemente de una patada rajaste el sostén de tu mamá. El tiempo extrañ...
-
Estamos aquí para abrazarte probablemente sin tocarte Estamos aquí para cuidarte y darle voz a tu dolor. Bendita locura que como un ángel de...
-
Baile del viento, palmadas de los árboles en tono ocre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario