El bosque, bajo su manto blanco, yace muerto.
Aprieto con mi mano una hoja, la extiendo y hallo ceniza,
sólo ceniza. Naturaleza en lecho.
Una enorme sombra sin cuerpo ni referencia
se apodera de cada minúscula partícula de vida
envolviéndolo todo de nostalgia, primavera enjaulada.
Se encoge el crepúsculo
y atónitas miradas huidizas de cervatillos huecos,
silenciosas rondan la penumbra.
Una gota negra penetra indefinidamente sobre sí misma,
aristas limadas de un bucle que hace truenos no se calla.
Sonrío mientras observo.
No hay lágrimas que valgan.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Por quien florece
No está en mi mano impedir que talen el bosque, sin embargo sí puedo plantar semillas
-
Estamos aquí para abrazarte probablemente sin tocarte Estamos aquí para cuidarte y darle voz a tu dolor. Bendita locura que como un ángel de...
-
El sistema dictamina lo que toca hacer en cada momento de la vida y si más se te hunde el cuello, el sistema más te felicita. Libertad sí pe...
No hay comentarios:
Publicar un comentario