
Mar bravío, nocturno.
Temo la inexorable extinción del sueño en el sueño mismo,
la recurrencia infinita del ser que flota a la deriva.
El océano no respeta a sus ahogados.
No está en mi mano impedir que talen el bosque, sin embargo sí puedo plantar semillas
No hay comentarios:
Publicar un comentario