domingo, 28 de agosto de 2011

Quinta elegía a AGM

En la tarde soñolienta has venido,
silencioso, hermano mío,
heredero eterno del mar y de su ira.
Crepúsculo incontable de las horas
fueron tus ojos buceadores que ahora
son la llaga diminuta de otro cielo,
de otra espuma
que sólo tú conoces.

A veces una ola te transporta,
merodeas en nuestra orilla,
y luego de un salto infinito y volador
desapareces en la niebla de tu sueño.

Sin prisa hermano mío, sin prisa.
El tiempo mentiroso aguarda en nuestra espera.
Yo te llevaré a inundar con tu sonrisa mis praderas
y tú a las profundidades de aquellos mares
de anémonas y corales que tú tan bien conoces.

Llegará el día en que surcaremos juntos tu cielo,
con el ímpetu del huracán y la fe del viento.
Entonces, hermano mío, y sólo entonces,
me contarás tus secretos y yo los míos,
y yo los míos,
marinero.

sábado, 27 de agosto de 2011

Benditas piedras

Discurren los días cíclicos
en disminución y hacia sí mismos,
como hojas de un libro escrito para una cuarta dimensión.
El alma sin alas se arrastra en el vórtice de su espacio-tiempo.
Perpetúa el reloj el pretérito como ilusión futura.
Y en cada duda yace un beso
que permite que merodeen buitres
y carroñeros de diversa índole.
El mar recoge su orilla con la humedad primera.
Las piedras atónitas no entienden de erosiones ni estancamientos.
¡Benditas piedras! ¡Benditas!
Vosotras no tenéis que esperar el cálido retorno
ni hacer de la huida interna vuestra bandera.
¿Cuántas palabras es capar de atrapar un soplo de aire?
¿Por qué viene a suplicar futuro una verdad?
El ser humano es verdaderamente un animal extraño,
y sin fronteras.

martes, 9 de agosto de 2011

Luna muerta

Luna muerta, en transición e inquieta, dime:
¿has venido a esparcir tus entrañas sobre mi mar azabache?
¿O acaso a mirar con tu cara sin rostro el rastro que deja
tu poso pesado en la blanca arena?
Quizá el tímido marítimo hastiado de gentes te desvela...
Yo ya no te observo como antaño pero aún me cautivas,
pues venero tu vehemente descaro y tu imprudencia.

sábado, 6 de agosto de 2011

Vecindad de karma vacío

Realidad transmutada,
vecindad de karma vacío.
¿A cuánto está el pescado?
¿Qué se vende al otro lado?

Mover el mundo
al antojo de un pulmón sin oxígeno,
caminar entre la delgada línea
que separa el sueño de su frontera.

El continuo espacio-tiempo
me hace esbozar una sonrisa.

No amarraré mi libertad
a la maroma de una realidad vulnerable.
El cuento termina más allá de un colorín colorado,
en un beso incalculable y sin azar,
en plena luz.

Zaguán 18 de enero