lunes, 25 de junio de 2012

Aquel peldaño desunuda de mi escalera en el que habitas


Se quemó la gota de amor que sostenía tu estrella.
Con la lejanía más bella admiro el fuego que la ahoga.
Sostengo un rayo fugaz en la memoria: tu recuerdo,
los poemas se amontonan en tu incorporeidad espesa,
y sin tu nombre la noche se torna de garras y orgullo,
y sin tu risa se diluyen los angostos caminos del olvido.

Allá donde se cruzan tu lecho y el pensamiento
el tiempo vuelve al origen de los tiempos contigo,
yo por mi parte dejaré que siempre haya un lugar para la humedad,
ya hoy vieja,
aquel peldaño desnuda de mi escalera en el que habitas.

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