jueves, 19 de octubre de 2017

Egocentrismo y/o unicidad

A veces se enfurece tanto Graná en su plana y plena pena de mi marcha que llora mi ausencia bajo sus ojeras grises y trémulas.

Su morriña invade la península de Fisterra a Cabo Palos, de Creus a Cabo da Roca.
Apaga los fuegos; engrosa sólidas nubes que terminan como algodones jugando sobre piruletas de arcoiris.

Por tanto de tanta tonta lluvia de la noche y de aquel infierno en llamas ahora sólo quedan sus ojeras grises ya menos trémulas.

sábado, 14 de octubre de 2017

Llanto al abandono' o 'periplo del indigente

Abandonado a la orilla de una desoladora carretera sumergido en ráfagas de luces y en olor a viento podrido que se diluye entre rugidos metálicos huecos.

Un endeble temblor bajo su pies permite, por decirlo de algún modo, a sus tímpanos palpitar en forma de espiral ciega vomitando sobre sí.

Comprender el porqué de tanta angustia sobre aquel asfalto no es tarea fácil sin estar sujetando sus huesos, tampoco sin ser la consciencia que mueve sus desorbitados ojos tan anhelantes como desquiciados y perfumados del más desgarrador de los dolores: el del ánimo.

Allí está esperando un transporte tempranero que le dirija a ninguna parte. Y allí mismo reside huérfano de Mar en un amplio espacio que le deja el desazón de que nada va a conducirle a ningún tiempo.

El coste de la ansiada libertad jamás acepta un trueque justo ni un billete de retorno.

Qué hicieron mal con él se cuestiona o mejor dicho siente en todo su ser. ¿Qué hizo mal? Si es que el mal existe.
Él se siente la deuda que el mundo contrajo consigo mismo.

sábado, 7 de octubre de 2017

La AMISTAD


La AMISTAD ráfaga de LUZ entre la niebla

que no entiende de tiempo ni medida,

sólo de espacios compartidos

distendidos por la CALIDEZ, nuestra maestra.



Bendito péndulo que no cesa

oscilante entra la admiración y el respeto a las diferencias.

Antípoda de la soledad en nuestro mapa de consciencia.



Amable oquedad que se inunda de dejadez y de constancia

como un rompeolas en él no importa su vehemencia

siempre es y será el mismísimo MAR,

incluso entre montañas.



miércoles, 4 de octubre de 2017

Me nutren las sonrisas

Me nutro de sonrisas por la calle, de gestos amables... De dulzura.
La misma que habita en un abrazo a tiempo y en un beso con amor de labios de clavel entre las flores.
Aquella que aliña de color los amargores y diluye la espesa desolación sobre losas y adoquines.

Zaguán 18 de enero