Hace frío y mar y a pesar (de...)
resucita en mí el
rojo silencio
mientras llueve el
verbo en su bajura
y la noche nieva en
sus alturas senderos blancos
en tregua multicolor
para mis amados lobos grises.
Sangra ahora el Amor
sus propias rencillas como la herida que drena al sol.
Se empapa el filo de
mis ojos de un rugiente verdor, un arrojo en torbellino, cascabel de
pasión y Sur.
Suave frescura al
límite de lo que abarca el eje que tambalea ley con ley.
Paso que extiende los brazos, tacto de cabello fino y crudo, bajo blandura en espesa luz.
Paso que extiende los brazos, tacto de cabello fino y crudo, bajo blandura en espesa luz.
Sol, sol, sol.
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