Propongo un brindis por las palabras que se quedan en la tinta, o en las nubes rotas de la pantalla, y otro brindis grande por aquellos versos que brotan como pétalos de margarita. Pero sin duda, levanto mi copa al cielo por aquellas estrofas que se entretejen a los hilos de las prendas que arropan a las mujeres bellas.
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