El ruidoso hormigón crece por encima de los árboles y la nostalgia.
¿Se es? ¿Se puede ser acaso caminando hacia el lugar del que venimos?
Troncos segados y doloridos caen pesados y pesadumbrosos como monedas al asfalto.
No son nada. Crecen como crece la noche a nuestras espaldas mientras callamos
No son ni fueron ni serán nada.
Anhelos sencillamente inmateriales de cuya forma prefiero igualmente como tú este silencio que oscurece mientras alumbra
fulminante y tenaz.
¿Qué me cuesta ser participe de este bullicio individual que compartimos?
Toda sonrisa lleva el busto de la muerte en su mirada
como aquel que fue a caerse y frenó en seco
salvando ante los demás bajo fiel equilibrio la urgencia de un funambulista tiritante.
No lo dudes, fue una vez mas la parca pasajera quien bromea
Solo que esta vez no hubo suerte.
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