¡Qué hable la poesía!
¡Qué salte a las calles!
¡Qué muerda las celosías de los balcones!
¡Qué sonroje las miradas a los viandantes más grises con sus luces en sus sombras!
¡Qué no se rancie ni mustie en papeles ni libros!
¡Qué no arañe los ojos en pantallas que a pesar de su brillo, jamás lucen como ella!
¡Qué desenlute las aceras!
¡Qué contagie de amor los bares y tantos besos!
¡Qué ilumine los días tristes con colores!
¡Qué se vista sin corsés!
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