martes, 11 de junio de 2019

Felizmente desde tierra

Un mar de plástico y medusas,
tortugas que se ahogan con el agua,
una brisa de alquitrán: el horizonte,
torturas de sonrisas enlatadas que florecen tras tocar el teclado en la pantalla.

Mientras tanto en la orilla un ave no sabe quitarse de las plumas el zumo de petróleo que asfixia su esófago cuando traga nuestro odio sin retórica.

Ventanas, ventanas y más ventanas que acristalan la natura,
contaminantes que amargan el salitre más allá de nuestra orilla
donde se desala la dulzura desde la industria, lo que somos,
se prensa la infelicidad como las olas y se envasa en tabletas, luego en cajas.
También vas a la moda, crees ser feliz: luego encajas.
Gastamos, nos reproducimos, morimos, luego en cajas...
Todos soñamos con ir un rato junto al mar,
el mismo que ahogamos felizmente desde tierra.

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Zaguán 18 de enero