Tú me traes locura,
¡Gracias a Dios!
No soportaba ya tanta cordura,
¡Ay amor!
Y yo le debo al delirio,
el mismo que pisaba lirios,
le debo hoy gran parte
de este mi corazón.
Estas ansias de felicidad,
mi amor por el ser humano,
mi rosal jamás deshojado,
mi risa desquiciada
por encontrar la coherencia
entre el moho de la verdad.
Tú me traes locura,
¡Gracias a Dios!
No soportaba ya tanta cordura,
¡Ay amor!
Pues en el envés de tanta sombra
había un río que manaba
versos de plata y amor.
El mismo que andaba oculto
entre la rabia y la verbena
dejando mudo en un embudo
taponado lo mejor
que había en mí.
Tú me traes locura,
¡Gracias a Dios!
No soportaba ya tanta cordura,
¡Ay amor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario