domingo, 8 de septiembre de 2019

Nadie puede comprender el mar

Lágrimas de amor llenan las copas con que brindan mi tiempo y el tibio espacio en el cual no estás.

Mis versos han quedado esparcidos por el piso como hojas de otoño color a vino y sabor a "jamás llega".

Los pájaros que asoman junto al alba entonan su dulce timbre de soledad.

Atardecer junto al agradable temor a ser yo mismo me embriaga más que todas las sábanas aun cuando estas hablen sin verbo por siempre de ti.

Ser la sed y el agua.
Ser la sed.
Ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Zaguán 18 de enero